domingo, 15 de mayo de 2016

LOS ROLES

TIPOS DE ROLES
TIPO
ACTITUD QUE DEMUESTRA EL PARTICIPANTE
ACTITUD DEL FACILITADOR PARA CONTROLAR
EL OBSTINADO
Ignora sistemáticamente el punto de vista ajeno. No cede. No quiere aprender nada de otros.
Pasar el punto de vista al grupo para que éste lo convenza de que la mayoría tiene la razón. Pedir que él acepte aunque sea por un instante el punto de vista de otros.
EL FORMAL
Está siempre listo para ayudar. Seguro de sí mismo. No huye a las dificultades. Acepta al grupo tal cual es, recibe sin problemas las críticas que se le pueden hacer.
Buscar su participación en momentos oportunos, pero sin exagerar sus intervenciones.
EL DISTRAIDO
Es disperso, distrae a otros. Pide intervenir para hablar no sólo del asunto sino de otras cosas.
Hacerle preguntas directas sobre lo que está siendo discutido.
EL PEDANTE
Trata al grupo con altivez. No se integra. Critica duramente a otros y se coloca en un pedestal
No herir su susceptibilidad. No criticado. Hacer como que tiene dudas de lo que él expone, diciendo por ejemplo: Si…pero…y luego lo lleva a la reflexión.
EL ABIERTO
No se hace de rogar para manifestar su opinión. Dice lo que piensa y tiene buen humor. Habla con simplicidad u resulta simpático a todos.
Buscar su participación cuando haya tensión en el grupo.
EL INTROVERTIDO
Es modesto, prudente y reservado
Procurar integrarlo lentamente, sin que él se de cuenta.
EL ETERNO PREGUNTADOR
Hace preguntas intencionadas, Deja ver su punto de vista y desea que éste sea apoyado
Devolver la pregunta al grupo. No tomar partido. Mantenerse neutral
EL SABELOTODO
Quiere exhibirse. Impone su opinión. A veces acierta, pero en otras es simplemente un hablador, convencido de saberlo todo.
Darle oportunidad para que hable. Evitar que domine al grupo. Hacer que el grupo juzgue sus objeciones diciendo, por ejemplo: “es un detalle interesante, sin embargo, oigamos lo que piensan los demás.



EL PARLACHÍN
Habla de todo sin parar, excepto del asunto en cuestión, por lo general cansa al resto del grupo
Cortar delicadamente el “discurso” que hace, diciéndole que su observación es interesante y retomando el asunto a través de una pregunta. Procurar integrarlo nuevamente, sin que él se de cuenta.
EL CONTRADICTORIO
Le gusta discutir y oponerse a todo. Algunas veces es un buen individuo, pero en oportunidades se descontrola por problemas personales
Calmarlo. Evitar que el grupo se excite. Procurar tratar otro asunto. Explicar que lo atenderá. Dar mérito a algunas de sus observaciones
EL MUDO VOLUNTARIO
No muestra interés por nada. En ocasiones considera que está por encima de lo discutido y se siente incapaz para discutirlo.
Buscar su participación a través de un asunto que él conozca. Pedir su opinión, indicando el valor que el grupo da a su experiencia. Pero sin exagerar para que el grupo no se resienta. Destacan que es su primera intervención.
EL TÍMIDO
No tiene coraje o habilidad para expresar sus ideas. Teme ser criticado negativamente por los demás. Necesita ayuda.
Hacerle preguntas fáciles. Hacer que alguna forma el grupo valorice su participación.


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